Cuando nos encontramos con un problema hay que buscar soluciones creativas, este era uno de esos casos, nos encontramos con una comunidad en el centro de Palma que tenía el peldaño de entrada y algunas baldosas rotas, incluso ya no se podía cerrar la puerta, lo que originaba un problema de seguridad.
Estas pequeñas reformas ponen a prueba el ingenio, el presupuesto tiene que ser ajustado pero el resultado tiene que ser el mejor posible.
Hacer un cambio de baldosas alteraba toda la estética de la escalera, por lo que decidimos insertar un felpudo de coco empotrado en el suelo y aprovechar las baldosas que rescatamos para arreglar las baldosas rotas.
En cuanto al peldaño si que podíamos sustituirlo por una piedra labrada que no alteraba la estética de la escalera.
como toda reforma que se precie, ya que estábamos dimos un esmalte en la puerta de hierro.
De esta forma conseguimos que esta pequeña reparación de unas baldosas rotas no se convirtiese en una gran chapuza.